¿Es malo el azúcar para nuestra salud?
Desde Dentro

¿Es malo el azúcar para nuestra salud?

Durante las últimas décadas, se ha producido un rápido aumento del consumo de azúcar que ha ido en paralelo con el desarrollo de una epidemia de obesidad en los países occidentales. Hoy en día se reconoce que el consumo de azúcar nos hace tener caries y aumentar de peso. Pero, ¿qué pasa con todas las demás enfermedades de las que hemos oído hablar que el azúcar también es el responsable?

Las instituciones de salud pública como la OMS1 y el Comité Asesor de Recomendaciones Alimentarias de EE. UU.2 son claros en sus recomendaciones: los azúcares libres no deben sobrepasar el 10% de la ingesta calórica total, y una dieta ideal no incluirá más del 5-6% de calorías procedentes del azúcar. Esto significa que un hombre con una dieta de 2500 calorías diarias, idealmente no debería consumir más de 30 g de azúcar por día. Para una mujer que sigue una dieta que incluye 2000 calorías diarias, la cantidad de azúcar debería ser inferior a 25 g. Esto puede parecer mucho, pero es mucho menos que la media europea actual, que supera los 80 g por día.

Al presentar sus recomendaciones, las instituciones de salud pública revisan minuciosamente las pruebas actuales y las clasifican en un rango, desde “muy fuerte” hasta “insuficiente”. En una de sus revisiones más recientes, parece que las pruebas apuntan a que la relación entre el alto consumo de azúcar con el sobrepeso y la caries dental es muy fuerte. Sin embargo, las pruebas detrás de otras teorías que analizan los vínculos del azúcar con otros problemas de salud (adicciones, inflamación, diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares) siguen siendo insuficientes.1,2

Primero echemos un vistazo a las pruebas actuales y los conceptos erróneos detrás de varias teorías, y luego profundizaremos en por qué la ciencia, sobre el impacto del azúcar en nuestra salud, todavía es difícil y limitada.

¿EL AZÚCAR CAUSA DIABETES Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES?

En particular, cuando se trata de diabetes, una afección determinada por niveles demasiado altos de azúcar en sangre, es fácil pensar que comer demasiado azúcar sería una causa obvia. Pero las cosas son un poco más complicadas, ya que las pruebas que vinculan el consumo de azúcar directamente con enfermedades como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares siguen siendo insuficientes.1,2

Sin embargo, incluso si el azúcar no es directamente responsable de un riesgo más elevado de desarrollar enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, la obesidad es un factor de riesgo muy conocido para ambas afecciones.4,5 Esto significa que, si comemos demasiado azúcar y como resultado nos volvemos obesos, también aumentaremos el riesgo de desarrollar esas enfermedades.3

¿EL AZÚCAR ES ADICTIVO?

'El azúcar afecta a nuestros cuerpos como la cocaína', dice el dicho, pero comprobemos si esta teoría está respaldada con pruebas sólidas. Un estudio independiente, publicado en 2016, encontró pocas pruebas que apoyen la teoría de que los humanos se vuelven adictos al azúcar. Además, los hallazgos de los estudios con ratones sugirieron que los comportamientos similares a la adicción, como los atracones, ocurrieron solo cuando los animales tenían acceso intermitente al azúcar.6

“Las publicaciones sobre adicciones son complicadas”, comenta Marion Nestle, profesora de Nutrición, Estudios de Salud y Salud Pública de la Universidad de Nueva York (que no tiene nada que ver con la compañía de alimentos Nestlé). Nestle también comenta que “Muchas personas creen que son adictas al azúcar y tienen síntomas parecidos a los de los adictos a otras sustancias. Si bien el que la 'adicción' al azúcar cumpla con los estándares de adicción a otras sustancias es cuestionable. Lo que yo entiendo sobre adicción es que, si las personas creen que son adictas, deben ser tratadas como tales “. Entonces, aunque la ciencia podría llegar a la conclusión de que no nos volvemos neuroquímicamente adictos al azúcar, todavía hay personas que desarrollan síntomas similares a los de la adicción, que podrían necesitar tratamiento.

¿EL AZÚCAR ALIMENTA AL CÁNCER?

Algunas personas dicen que las células cancerígenas viven de los azúcares, por lo que muchas personas creen que comer azúcar alimenta a las células cancerígenas. Hay algunos errores de concepto detrás de esta creencia. De hecho, las células cancerígenas viven de un tipo específico de azúcar, la glucosa, pero esto también ocurre con las células sanas. Todas las células de nuestro cuerpo obtienen energía de la glucosa. También es importante tener en cuenta que todos los alimentos que ingerimos se convierten en glucosa de una forma u otra en nuestro cuerpo, no solo los alimentos que contienen glucosa. Aparte de esto, los científicos han concluido que no hay pruebas de que las dietas 'sin azúcar' reduzcan el riesgo de contraer cáncer o aumenten las posibilidades de sobrevivir si te lo diagnostican.7

¿EL AZÚCAR CAUSA INFLAMACIÓN?

Algunos investigadores han sugerido que el consumo de azúcar podría desencadenar más inflamación en nuestro cuerpo, lo que podría estar relacionado con el desarrollo de diversas enfermedades. Sin embargo, los estudios que intentaron responder a esta pregunta fueron muy pequeños y terminaron llegando a conclusiones opuestas. Para estar más seguros de estas conclusiones, es necesario realizar más estudios, con una muestra más grande y períodos de seguimiento más prolongados. 8

EL PROBLEMA DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL AZÚCAR

Pero, ¿por qué hay tantos estudios no concluyentes? La ciencia de la nutrición actual aún se enfrenta a muchos desafíos, y los estudios respaldados por la industria azucarera han originado cierto nivel de confusión en esta área durante décadas.

CUESTIONES ÉTICAS

Piensa, por ejemplo, en las limitaciones éticas. Sería el sueño de los científicos de la nutrición llevar a cabo experimentos precisos en los que alimenten a miles de personas con un ingrediente que creen que podría ser responsable de causar algunas enfermedades. Pero como te puedes imaginar, no demasiados comités de cuestiones éticas darían luz verde a estos métodos, y no muchos voluntarios estarían dispuestos a ser conejillos de indias.

PROBLEMAS CON LOS ESTUDIOS OBSERVACIONALES

Por esta razón, los científicos a menudo tienen que recurrir a la realización de estudios observacionales; en lugar de alimentar a las personas con los alimentos que les interesa investigar, les preguntan qué comen normalmente y luego les hacen un seguimiento durante años para ver qué personas desarrollan ciertas enfermedades. Pero cuando se hace este tipo de investigación, es realmente difícil separar un factor del resto debido al estilo de vida de una persona: por ejemplo, los científicos no pueden estar seguros de si la ingesta de azúcar está causando la enfermedad en lugar de fumar o la falta de ejercicio.

Además, los participantes a menudo no son muy precisos al decir lo que comen: pueden informar de forma insuficiente o excesiva sobre la cantidad de azúcar que consumen, lo que hace que las conclusiones científicas sean imprecisas. Para complicar aún más las cosas, muchos estudios nutricionales a menudo tienen recursos limitados y, como resultado, solo pueden tratar con grupos muy pequeños, lo que hace imposible que representen el impacto del azúcar de una población más amplia.9

LOS PROBLEMAS CON LOS ESTUDIOS EN ANIMALES

Los estudios en animales son útiles para identificar nuevas direcciones para la investigación en humanos, pero fallan a la hora de predecir las reacciones humanas a la exposición. Los resultados de los experimentos con animales no siempre se pueden reproducir con humanos, y es por eso que las pruebas que derivan de ellos a menudo se consideran 'insuficientes'. El estándar de oro de la investigación científica serían los ensayos controlados aleatorios en humanos. Cada vez se están realizando más estos estudios, pero todavía no existen muchos estudios a gran escala. 10

Lee más sobre cómo la industria azucarera ha estado manipulando la ciencia.

ANALIZANDO LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE EL AZÚCAR: VENTAJAS Y LIMITACIONES

Es por eso que las revisiones (y aún más los meta-análisis), son una de nuestras apuestas más seguras. En estos se miran las publicaciones y comparan todos los estudios para sacar conclusiones, por lo que son útiles para superar la confusión derivada de resultados contradictorios. Pueden ayudarnos a detectar patrones entre muchos estudios pequeños que tendrían poca importancia por sí mismos. Sin embargo, debemos tener cuidado de no glorificar demasiado estos estudios por un par de razones.

PROBLEMAS CON LOS ESTUDIOS FINANCIADOS POR LA INDUSTRIA

En primer lugar, algunos de estos estudios todavía están financiados por la industria, por lo que debemos tener cuidado y consultar siempre la sección de conflictos de intereses. Las revisiones y los meta-análisis financiados por la industria podrían restar importancia a la fuerza de las pruebas que vinculan el azúcar con enfermedades específicas. Algunos investigadores encontraron que la mayoría de los estudios financiados por la industria tienden a favorecer a los patrocinadores y encuentran menos riesgos asociados con el consumo del producto del patrocinador.11 Al observar las bebidas edulcoradas con azúcar, los investigadores encontraron que los estudios financiados por la industria tenían ocho veces más probabilidades de producir conclusiones  favorables que aquellos que recibían financiación de fuentes ajenas a la industria.12

NO HAY SUFICIENTE LITERATURA CIENTÍFICA

En segundo lugar, si la literatura es limitada o ha sido manipulada, entonces una revisión no nos dará mágicamente la respuesta. En el mejor de los casos, nos dirá que no hay suficientes estudios avalados para sacar conclusiones, como hemos visto que sucede con el vínculo entre el azúcar y ciertas enfermedades. En el peor de los casos, los hallazgos de estudios individuales se perpetuarán sin lograr una interpretación crítica. Solo cuando se hayan realizado ensayos aleatorios controlados, podremos estar seguros de que las conclusiones a las que se llegue mediante el meta-análisis serán realmente sólidas y significativas.

LIMITAR EL CONSUMO DE AZÚCAR

El azúcar es un ejemplo interesante de cómo las afirmaciones científicas pueden utilizarse incorrectamente para influir en la política y la opinión pública.

Por un lado, la industria azucarera intenta hacernos creer que el azúcar no está relacionado con ningún efecto secundario negativo, ni siquiera con la salud bucodental y la obesidad. Por otro lado, algunos investigadores (y personas o empresas que ni siquiera investigan el tema de manera sistemática pero que podrían beneficiarse de demonizar este ingrediente) identifican al azúcar como el único culpable de muchas enfermedades.

La realidad se encuentra, como suele ser a menudo, en algún punto intermedio. Muchas enfermedades surgen de interacciones complejas y diferentes factores relacionadas con nuestro estilo de vida y la dieta.  Pero el impacto negativo del consumo excesivo de azúcares está bastante claro, por lo que podemos estar seguros de algo: disminuir la cantidad de azúcares solo puede ser bueno para nosotros.

¿Cómo reduces la cantidad de azúcar que tomas? Deja tus comentarios a continuación. 

Referencias
  1. World Health Organization (2015). Guideline: sugars intake for adults and children. Accessed on 7 October 2020.
  2. etary Guidelines Advisory Committee (2020). Scientific Report of the 2020 Dietary Guidelines Advisory Committee: Advisory Report... U.S. Department of Agriculture, Agricultural Research Service, Washington, DC. Accessed on 7 October 2020.
  3. Diabetes UK. Sugar and Diabetes. Accessed on 29 October 2020.
  4. Lisa Te Morenga et al. (2013). Dietary sugars and body weight: systematic review and meta-analyses of randomised controlled trials and cohort studies. British Medical Journal. Accessed on 10 October 2020.
  5. Philipp E. Scherer, Joseph A. Hill (2017). Obesity, Diabetes, and Cardiovascular Diseases: A Compendium. Circulation Research. Accessed on 29 October 2020.
  6. Margaret L. Westwater et al. (2016). Sugar addiction: the state of the science. European journal of nutrition. Accessed on 25 October 2020.
  7. Cancer Research UK (2020). Sugar and cancer – what you need to know. Accessed on 25 October 2020.
  8. Karen W. Della Corte et al. (2018). Effect of Dietary Sugar Intake on Biomarkers of Subclinical Inflammation: A Systematic Review and Meta-Analysis of Intervention Studies. Nutrients. Accessed on 25 October 2020.
  9. Kevin C. Maki et al. (2014). Limitations of Observational Evidence: Implications for Evidence-Based Dietary Recommendations. Advances in nutrition. Accessed on 25 October 2020.
  10. Michael B. Bracken (2009). Why animal studies are often poor predictors of human reactions to exposure. Journal of the Royal Society of Medicine. Accessed on 25 October 2020.
  11. Lenard I Lesser et al. (2007). Relationship between funding source and conclusion among nutrition-related scientific articles. PLoS Medicine. Accessed on 10 October 2020.
  12. Maira Bes-Rastrollo et al. (2013). Financial Conflicts of Interest and Reporting Bias Regarding the Association between Sugar-Sweetened Beverages and Weight Gain: A Systematic Review of Systematic Reviews. PLoS Medicine. Accessed on 10 October 2020.

Subscríbete a nuestra newsletter para estar al tanto de las novedades (En inglés)

Síguenos